Me acuerdo hace unos cuantos años, cuando fumaba medicina, me metía en mi cuarto, encendía el estereo y hacia sonar a Pink Floyd, así zarpaba a lugares incomprendidos y prohibidos por la sociedad. Escribía poesía que después no lograba comprender. Me con-fundía entre almas diversas que buscaban la misma búsqueda que yo. A veces siento estar en un video de Pink Floyd; un alma cargando a sus muertos, esperando tirarlos para así poder volar.
Fue en mi cuarto cuando me di cuenta que el tiempo no existía, y si existía, nunca era el mismo o no era lo que pensábamos.
Antes mis rastas eran mi mayor orgullo, eran rebeldía, eran mi identidad, hoy han caído pero por dentro traigo otro tipo de rastas que nadie podrá cortar.
Dinero aléjate, déjanos en paz, deja de sembrar el materialismo.
Me acuerdo cuando a mi tío May, una persona acaudalada de dinero, le dije;
- bien tío, así que usted dice que el dinero lo es todo.
- entonces ahora saque un billete
Mi tío lo saco y después le dije;
-Ahora cómaselo.
He escuchado el disco de Dark Side of the Moon tantas veces, que no se con exactitud numérica cuantas veces lo he escuchado. No me canso y tal vez nunca me cansare de hacerlo, el día que me canse, ese día quizá estaré muerto, en el hoyo.
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