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Manifiesto Abierto A La Estupidez Humana, Ezio Flavio Bazzo, Ensayo. |
Ora…Ora. .! Yo te entiendo POPULACHO!
Siempre tu, Populacho, en tu porte de macho domestico, con
ropas de la moda pagadas con prestaciones absurdas! Siempre tu, (embarcado) en
tu sonrisa plástica y siempre rebajándote a superiores o a quien va a
recomendarte mañana. Nunca observaste a la naturaleza en tu vuelta, ni nunca
tuviste la osadía de dudar, investigar y renegar a valores que esclavizan y refrenan
a millares de seres como tu. Nunca respetaste verdaderamente a una mujer y,
cuando lo juras que lo haces, es por que tomas desinterés por respeto.
…Tengo pena de ti, hombre de mi siglo y de mi tiempo! Tengo
pena porque te encuentro que corres por las calles, que te tornas tartamudo por
nada y por que molestas sirvientas en un autobús lleno. Tengo pena de ti cuando
te observo en hileras públicas que esperas por un número, por una consulta, por
un aumento de sueldo o, quien sabe, por un internamiento en un manicomio
desgraciado. Ah, me gustaría que tu conocieses la farsa de la ciencia y de la
sociedad a la que te entregas inocente…
…Tu medicina, Populacho, es una gran mierda y todos ustedes
que la practican tienen estreñimiento, cáncer y hemorroides y, el peor: el
delirio de pertenecer a la elite social. La prueba de tu incompetencia está
fundamentada en tus intestinos, en tus riñones y en tu hálito.
Ah, Populacho! ha llegado el momento de abandonar tu
carácter colectivista y de regresar al carácter individualista. Todo lo que es
colectivo, es represión, sumisión de tu Yo, desvalorización de tus fortalezas
personales. Mientras en el individualismo puedes ir al fondo de ti mismo y
estar libre de la presencia de seres despreciables. La humanidad solo podrá emanciparse
a través de la revolución personal, pues las revoluciones colectivas son
siempre manifestaciones del Deseo de Poder, jamás una real destrucción de todas
las maquinas generadoras de la miseria humana. Antes de aniquilarnos los
verdugos exteriores, (que son demasiados) necesitamos aniquilar los verdugos
que habitan nuestras profundidades, para, a través de esta experiencia
personal, poder estar convencidos de “que es la servidumbre humana”, “donde es
generada” y “cuales son sus alimentos predilectos”!!! Sólo así se puede lograr
un cambio radical, que hasta ahora, no ha sido posible.
Eres esclavo de la tierra; porque la quisiste esclavizar y
registrar en tu nombre. Pasas hambre; porque jamás te negaste a trabajar para
quien come cinco veces al día. La enfermedad te ironiza, porque tu no respetas
tu cuerpo. Los dioses (que no creo) te abandonaron, porque tu presentabas
delante de ellos siempre con una expresión de esclavo, de débil y de impotente
y porque jamás te atreves a tener un poco de orgullo personal. Donde esta tu
orgullo Populacho? Sin orgullo un ser no puede existir! Sin orgullo tu pronto
te transformaras en siervo, en vendedor de títulos, en abogado o, cuando mucho,
en un capitalista. Sin orgullo tu te contentas en rastrear bajo botas de hombres
despreciables, tarados, psicópatas y peligrosos. Y tu lo sabes muy bien de que
orgullo hablo, pues existen hombres y mujeres que se enorgullecen por causas y
por hechos que causarían vergüenza hasta en un reptil. Que tu orgullo sea por
amarte a ti mismo, por poder caminar entre los hombres como si ellos fueran
pirámides y, fundamentalmente, por ser tu el único señor de tus actos. Quiero
que te enorgullezcas de no pertenecer a nadie ni a nada. A ninguna escuela,
religión, filosofía, partido o patrulla de este mundo. Quiero encontrarte
sonriente en el sol, siempre de pasaje, siempre deteniéndote por momentos
delante de los hechos y los monumentos de los hombres! Tu idioma será el idioma
no manifiesto de los pueblos y tu cuerpo jamás te negará el placer que en el
habita!
Entonces yo te amaré, Populacho!
Si, Populacho, el mundo pertenece al hombre libre o, si
prefieres, al vagabundo, al gitano errante, a los hijos del viento que, con su
bisturí fueron a los orígenes del todo.
…Quiero hacerte mirar hacia atrás, mostrarte los crímenes
que tu practicaste. Tendrás que mirar para los arboles destruídos, para los
ríos envenenados, para los campos infecundos y para el llanto de la ralea
humana! Y tendrás que golpearte el pecho y asumir tus culpas.
…Aun cuando eres niño ya recibiste en tu cuerpo saludable el
virus social de las profesiones. Pasaste tu adolescencia luchando para saber lo
que querías ser: Un Veterinario, un maestro, un arquitecto, un motorista,un
médico o un rabino… Sé, yo se que en tu íntimo, te gustaría “no-ser-nada”. No
aceptar ninguna de estas trampas sociales. Pero, yo se también que existe para
el íntimo de los adolescentes, un narcótico que, la sociedad bondadosa
distribuye gratis y que se llama: Deseo de Riqueza. Entonces después de ya
estar contaminado, tu te lanzas para el lado más lucrativo y más ventajoso y
afirmas tener aptitud para tal.
Ah, Populacho! Alejate de todas las sociedades secretas o
públicas, de todos los vendedores, de todos los charlatanes y de todos aquellos
que nunca se quedaron perplejos delante de una flor que nace en la roca.Aléjate
de todas las mujeres que quieren hacerte un macho doméstico, de todas las
nuevas mitologías y de todos ataque políticos. Interpreta la voz del mendigo y
dale una moneda o un golpe bajo, conforme ello lo meresca. No te sometas a nada
ni a nadie, pues sobre ti, ni aun el universo tiene derecho. Aún que te
destruyan el cuerpo, aun asi tu razón puede ser superior a todo. Valorizate!
Levantate! Deja de sonreír a tus verdugos y de rastrear a los pies de desgraciados.
Fija tu mirada, fija tu voz y abre tu grito al mundo! Ese mundo que a ti te
pertenece y que al mismo tiempo no pertenece a nadie. Tu no estás solo, contigo
están millares de infelices y, tu silencio es la vergüenza más abyecta y más
degradante de la humanidad.